Un equipo de pulverización hidráulico de carretilla enfocado en los pequeños agricultores y un bipedestador asistencial para personas con discapacidad fueron los proyectos ganadores de la segunda versión del concurso Diseñando Futuro de la Universidad de Talca.
La iniciativa desarrollada por la Escuela de Diseño en conjunto con la Vicerrectoría de Innovación y Transferencia Tecnológica está dirigida a egresados de la carrera que han creado emprendimientos innovadores que fomentan el desarrollo o solucionan problemáticas en la Región del Maule.
Las cinco iniciativas generadas por diseñadores fueron presentadas bajo el formato de “Pitch”, donde los participantes expusieron el problema, la solución y potencial de impacto económico o social de su idea en tres minutos. En esta oportunidad, los integrantes del jurado conocieron los emprendimientos que surgieron como proyecto de título de los ex alumnos de diseño.
El jurado encargado de escoger a las dos propuestas ganadoras, estuvo compuesto por el vicerrector de Innovación, Gonzalo Herrera; el director de Escuela, Jaime Parra; el coordinador de la Unidad de Emprendimiento, Carlos Sanhueza; y el director de la Escuela de Ingeniería en Desarrollo de Videojuegos y Realidad Virtual, Felipe Besoain. Pero además, participaron autoridades regionales como el director de Sercotec, Samuel Chambe; subdirector de Corfo, Juan Luis Arevalo; y el asesor de Coworking Maule, Guillermo Palma.
Jaime Parra, director de la Escuela, destaca la calidad de las innovaciones que desplegaron los profesionales, ya que todos apuntan a nuevos nichos de mercado. “Nuestros alumnos se forman bajo diferentes metodologías que hemos establecido para crear énfasis en el desarrollo de productos que generen un impacto en el uso y que además contribuyan al medio o sociedad. Diseñando Futuro es una gran iniciativa para difundir lo que hacen nuestros egresados, ya que esta instancia nos permite que diferentes sectores de la Universidad y también entidades externas como Corfo, Sercotec u otras, puedan apreciar la importancia que genera el diseño en la creación de iniciativas de diferentes áreas”.
Por su parte, el vicerrector de Innovación y Transferencia Tecnológica, Gonzalo Herrera, enfatiza en el importante rol que posee esta carrera. “Las propuestas seleccionadas en el concurso dan cuenta de la contribución que realizan los diseñadores para resolver los desafíos que nos plantea la sociedad en sus distintas dimensiones. La Escuela a través de sus profesores, alumnos y egresados están colaborando con otros proyectos de innovación dentro de la Universidad, aportando en la definición de formas y funcionalidades de las tecnologías que están siendo desarrolladas en otras unidades académicas de la casa de estudios”.
EMPRENDIMIENTOS GANADORES
El Instituto de Innovación Basado en Ciencia, dependiente de la Vicerrectoría de Innovación y Transferencia Tecnológica, es la unidad que financiará la creación de prototipos de las iniciativas desarrolladas por Alejandro Olea y José Valencia, ambos egresados de la escuela de Diseño de la Universidad.
Alejandro es el inventor del proyecto comercial denominado equipo de pulverización hidráulico de carretilla, el cual busca desarrollar un sistema de aplicación segura y efectiva de plaguicidas para disminuir los volúmenes de agua y productos en la pequeña agricultura. “Este premio es muy importante porque me permitirá mejorar la eficiencia en la labor y aplicación que realizan los hortelanos en el campo. De esta forma se reducirá las tasas de accidentalidad o incluso lesiones lumbares en las personas, pero además permitirá producir frutos inocuos y de mejor calidad”.
Y en el ámbito social, fue escogida la propuesta de José Valencia, quien creará un bipedestador asistido para niños y adultos que facilite la verticalización del cuerpo para mejorar los sistemas respiratorio, digestivo y circulatorio; además de potenciar el desarrollo del músculo esquelético, la conexión con el entorno y la autoestima del usuario. Sin embargo, tal como menciona el diseñador, su principal motivación para ganar estaba enfocada en diseñar un prototipo para Paolo, un paciente de la clínica kinésica de la Universidad. “Él tiene 29 años, es ingeniero civil y sufrió un grave accidente que lo dejó con una parálisis cerebral e inmovilidad. Por lo tanto, mi propósito es probar un producto adecuado para su situación que le permita mejorar su calidad de vida”, comenta el diseñador.