Analizar los sistemas de protección intelectual de variedades vegetales fue el objetivo del seminario que realizó la Vicerrectoría de Innovación y Transferencia Tecnológica, en conjunto con el Centro Tecnológico del Álamo y el Centro de Plantas Nativas de Chile de la Universidad de Talca.
Al igual que los inventores resguardan sus creaciones bajo alguna de las modalidades de Propiedad Industrial, las nuevas variedades vegetales se protegen por la gran cantidad de recursos invertidos en Investigación, Desarrollo e Innovación. La actual legislación reconoce el derecho que el obtentor tiene sobre su variedad, otorgándole la exclusividad para multiplicar y comerciar la semilla o planta de la variedad protegida durante la vigencia de la protección. Las transgresiones al derecho del obtentor son sancionadas penalmente con presidio.
Durante la jornada se contó con diferentes visiones respecto a las protecciones que se pueden gestionar a nivel nacional e internacional para transferir estos desarrollos científicos de la Universidad e iniciar su comercialización.
“Este seminario quería mostrar que las variedades vegetales no solamente sirven para transformarse en una planta, árbol o fruto, sino que con estos desarrollos científicos se pueden hacer muchas cosas desde el punto de vista de la protección intelectual y comercialización. La idea es que el trabajo de los investigadores no se quede solamente en la Universidad, sino que sean transferidos al país y al mundo”, comentó Maribel Muñoz, abogada especialista en propiedad intelectual de la Universidad de Talca.
“La Universidad de Talca está llevando a cabo diferentes acciones para proteger los desarrollos en materia de variedades vegetales. Están registradas ante el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) las cinco variedades de álamo, y además tres variedades de maqui creadas por el Centro de Plantas Nativas de Chile se encuentran en trámite para la obtención de su protección definitiva”, agregó.
Por su parte, el director del Centro Tecnológico del Álamo, Francisco Zamudio, se refirió al trabajo que ha realizado el CTA, ya que son los primeros en registrar variedades forestales en el país. “Este año recibimos oficialmente el licenciamiento de cinco variedades, lo que ha significado un proceso de aprendizaje porque no hay experiencia en Chile. Para el registro de una variedad hay que hacer análisis previo y también involucra un seguimiento cuidadoso. Sin embargo, paralelo a los aspectos legales, elaboramos un plan de negocios con diferentes estrategias para posicionar nuestros productos en el mercado”.
El reconocimiento del derecho del obtentor tiene como propósito fundamental alentar la creación de variedades nacionales y la introducción al país de variedades extranjeras valiosas para la agricultura nacional.
Para conocer la situación legal respecto a la protección de obtenciones vegetales en Chile, expuso el Jefe subrogante del Departamento Registro de Variedades Protegidas de la División Semillas del SAG, Manuel Toro, quien aclaró diferentes dudas.
“La inscripción de una variedad en el Registro de Variedades Protegidas le confiere a su titular el derecho exclusivo para multiplicarla. Cualquiera que desee producir, ofrecer, importar o exportar material de reproducción, debe contar con la autorización del titular del derecho. El periodo de protección es de 18 años para árboles y vides y de 15 años las otras especies”.
El profesional del Servicio Agrícola y Ganadero destacó, además, el positivo impacto que generarán los desarrollos de la Universidad para la agricultura nacional. “La creación de obtenciones vegetales en la práctica agrícola y hortícola se traducen en mayor innovación en inversión en el fitomejoramiento, más y mejores variedades para los agricultores y la apertura a mercados internacionales”, precisó.
Desde otro punto de vista, el ex Presidente del Tribunal Industrial, Marco Arellano, expuso sobre las marcas comerciales y de denominaciones de origen, como factor de competitividad en la explotación comercial de variedades vegetales. “Como país exportador debemos ser capaces de aumentar nuestra productividad agrícola y esto se logra invirtiendo en el desarrollo de nuevas variedades. Un interesante ejemplo es el programa de licenciamiento de frutillas desarrollado por la Universidad de California en Estados Unidos, el cual está generando entre 5 y 10 millones de dólares por regalías y manejo de gastos de propiedad intelectual. Esta nueva variedad de frutillas representa el 75% de la producción de California y además está expandiéndose a Australia, Portugal, Reino Unido, México, Chile y Nueva Zelanda, debido a las adecuadas condiciones de crecimiento en estos países”.
INTERÉS REGIONAL
Eduardo Valenzuela, trabaja en la producción de plantas de hortalizas y frutales como cerezos y arándanos en Agrícola y Viveros Comalle. “Fue muy interesante esta instancia, ya que desconocía las opciones para desarrollar un producto de forma comercial. Gracias a este seminario pude entender cómo se deben inscribir las variedades, así como también conocer los trámites y requisitos para gestionar una marca comercial”.
Jorge Wahl Silva, abogado “Yo atiendo principalmente a clientes extranjeros que han introducido variedades vegetales en Chile. Me interesó asistir porque es un tema bastante nuevo pero hay gran interés por las potencialidades agroalimentarias. Sorpresivamente me han contactado diferentes personas para solicitar apoyo en la estructuración y negociación de contrato, para interesados en recibir variedades vegetales, así como también para quienes deseen licenciar a un productor. Son muy interesantes los beneficios involucrados en el licenciamiento de variedades chilenas a otros países, ya que su explotación puede llegar a ser bastante competitiva”.