Investigadores crean sensores de bajo costo para mejorar calidad de las cosechas

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Lo logrado permitirá generar gran ahorro en pequeños y medianos agricultores, permitiéndoles además aplicar una cosecha diferenciada que logrará optimizar y sacar mayor rendimiento a los frutos de alta calidad, evitando la mezcla con fruta menos óptima.

Sensores fabricados en Chile que ostentarán una baja de precio del millón 800 mil pesos a solo 150 mil es el proyecto que trabajan en conjunto el Programa de Adaptabilidad al Cambio Climático en la Agricultura, A2C2 de la Universidad de Talca y la Carrera de Mecatrónica de esta casa de estudios. Esta accesibilidad permitirá a productores conocer, según la variabilidad de campo o variabilidad espacial, diferenciar la calidad y el momento óptimo de cosecha de cada parcela de un predio agrícola.

César Acevedo, profesor Asociado de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Talca y coordinador de la línea de Investigación sobre Variabilidad Espacial del Programa de Adaptabilidad al Cambio Climático, A2C2, explica que el cambio climático es un fenómeno que viene para quedarse y que impacta en la producción agrícola, ya que se observa que cada vez hay menos agua y las temperaturas promedio están aumentando entre 1 y 1,5 grados. Esto afecta toda la producción y fisiología de frutas y vides.

“Una de las aplicaciones más útiles es la cosecha diferenciada, es decir, optimizar esta y definir su momento oportuno, haciendo más eficientes los lotes con mayor potencial de calidad, y vinificar esta fruta de forma separada de la que no cumple los requisitos. Esto genera que la calidad del lote de buena calidad no se pierda. El viticultor normalmente cosecha todo el mismo momento mezclando ambos lotes perdiéndose la fruta de alta calidad al mezclarla con la de calidad inferior”.

Existen muchos trabajos de investigación que se encuentran publicados en el cual a través de sensores simples que miden temperatura y humedad relativa se modela la evolución de periodos fenológicos del viñedo claves, ya que en función del crecimiento se realizan aplicaciones para obtener fruta de calidad. “Por ejemplo para el riego y aplicar químicos en la fruta se requiere de información y del estado fenológico de la planta. Actualmente se hace una medición y se considera  que todo el campo está en el mismo estado, pues es falso ya que gracias a los estudios se detectan gracias a los sensores grandes variabilidades en los campos, por lo que no se pueden hacer aplicaciones homogéneas sino que específicas considerando la variabilidad propia de las unidades productivas” agrega Acevedo.

Buscando optimizar calidades, disminuir costos, y generar nuevas herramientas para la toma de decisiones, dentro de esta línea se trabaja con la Carrera de Mecatrónica de la Universidad de Talca y estudiantes en tesis para desarrollar una línea de sensores de bajo costo, que actualmente cuestan sobre el millón 800 mil pesos, versus los 150 mil pesos de este proyecto, a través de impresoras 3D.

MEDIDAS DE ADAPTACIÓN

Para César Acevedo, con la Variabilidad Espacial  -línea de investigación de A2C2- “podremos conocer aquellos sectores que crecen de manera exuberante versus los que crecen de manera deficiente. Considerándose por ende una diferencia en el manejo de la producción, como manejo de follaje, de riego y lo que logre igualar esta diferencia. Estas diferencias gatillan pérdida de rendimiento y de calidad potencial de la fruta a producir”.  Esta línea de investigación trabaja en el  modelamiento espacial del estado hídrico de planta, fundamental para poder definir sectores que sufren más estrés. “Es clave conocer los puntos que afectarán la calidad de la fruta desde el estado hídrico de las plantas, para gestionarlas en función de mediciones periódicas de estado hídrico en una temporada, para detectar frutos con más o menos estrés hídrico” acota el investigador.

FUTURO DE LA AGRICULTURA

La Variabilidad Espacial ha existido siempre en la agricultura. Cuando se ingresa a un campo y se observa el crecimiento y calidad de la fruta comúnmente existe una diferencia dentro de las unidades productivas, sean grandes o pequeñas. Estas se pueden monitorear también a través de imágenes satelitales o aéreas como con la utilización de drones, o bien a través de mediciones con sensores instalados en terreno y distribuidos espacialmente. Estas mediciones identifican todos los sectores de comportamiento diferente desde un punto de vista fisiológico, de rendimiento y cualitativo.

“La Agricultura de Precisión y Variabilidad Espacial actualmente tienden a la utilización de pequeños sensores que a la larga serán de bajo costo y desechables. Estos deben evolucionar de tal forma que sean baratos para poner muchos de estos en los campos para información y gestionar la variabilidad espacial de sus predios en función de este sensoramiento.  Este es el futuro de la agricultura, finaliza Acevedo”.